Padre Pio, nacido Francesco Forgione en 1887, era hijo de pobres agricultores italianos. Se convirtió en sacerdote capuchino y eventualmente se convirtió en una inspiración para millones. En 1971, el Papa Pablo VI explicó por qué: “... Fue porque dijo la misa humildemente, escuchó confesiones desde la mañana hasta la noche y fue un destacado representante de los estigmas de Nuestro Señor. Fue realmente un hombre de oración y sufrimiento ". Hoy, el consejo favorito del Padre Pío: orar, esperar y no preocuparse, sigue resonando en el mundo.
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